miércoles, 19 de febrero de 2014

Historia de las letras en mi familia I: José de la Cruz Torres - Conversatorio ¿Está el artista desnudo detrás del espejo?

          Hace algunas semanas mi amigo Osvaldo Herrera Graham me invitó a un conversatorio que se llevó a cabo en Casa Góngora del Casco Viejo, con el tema: “¿Está el artista desnudo detrás del espejo?”.  Valito (como suelo llamar al Maestro Herrera Graham) era uno de los panelistas juntamente a algunos otros artistas muy reconocidos del ámbito nacional, entre los que figuraban Cristina Ordoñez, Octavio Arosemena, Manuel Jaén y el internacional Enrico Cargnino de Italia.

          Era mi primera visita a dicha galería y la caminata que dimos desde el lugar en donde dejamos parqueado el automóvil cerca del Teatro Nacional me pareció de lo más pintoresca.  Las finas parejas tomando copas de vino en el Parque Bolívar hacían un contraste muy bonito con las mujeres del barrio jugando Bingo en media calle.

          Llegamos a tiempo por suerte y tuve el placer de conocer casi de inmediato a un caballero ilustre, de saco y bastón, que me abordó amistosamente.  Era nada más y nada menos que Don Tito Jaén; se presentó como el padre de Manuel, uno de los expositores.  Hablé con él de diversos temas antes de que diera inicio el conversatorio: desde el antiguo líder Romano Cincinato, hasta de nuestras posibles ascendencias judías sefarditas y de los Inspectores del Humo en la España Inquisidora.  Fue una conversación breve pero agradable.

          La organización e idea del evento estuvieron a la altura de la ocasión y aparte de ver una presentación de cada uno de los creadores invitados, hubo sesiones de preguntas y respuestas.  Claro, siempre con interrupciones de la barraca contigua, en donde alguien no paraba de rascar el concolón de una paila y hablar fuerte y vulgarmente sobre un tema relacionado a un “fokin celular” (trato de conservar la pronunciación, disculpenme) que nunca llegué a comprender de lleno.

Fue una pregunta que hice, acerca de Marcel Duchamp (famoso pintor y ajedrecista Francés del siglo pasado) a Valito, la que nos dio la oportunidad de ver un bonito debate entre Osvaldo y Cristina que tomaron armas para defender a Picasso y Duchamp respectivamente.  Dicho debate llegó inclusive hasta los murales de Facebook de ambos artistas.

Osvaldo y Cristina resolviendo sus diferencias como personas civilizadas. J

          Una de las últimas preguntas del evento, y la razón de esta entrada de mi blog, la hizo el Sr. Tito Jaén y si no mal recuerdo estaba dirigida a Octavio Arosemena.  La pregunta era si él creía que el ADN tenía algo que ver en el desarrollo del artista; si dicho ADN le da una predisposición para la belleza y la creación.  Al escuchar la pregunta primeramente me indigné, puesto que siempre he creído que el hombre se hace y no nace, que uno construye su futuro a base de transpiración y esfuerzo, y no sencillamente por ser el hijo de un fulano de tal.  En la pequeña y amistosa discusión que se fomentó utilicé a Alexander Dumas, autor de los Tres Mosqueteros y el Conde de Montecristo, quien como es bien sabido tenía ascendencia de esclavos por parte de su abuela, para defender mi teoría, pero al mismo tiempo mi hipótesis fracasaba puesto que el hijo de Dumas, fue también un escritor reconocido.

No pudimos llegar a ninguna resolución e inclusive en el break que se nos dio para degustar la pizza y el vino, Octavio se me acercó para seguir el argumento y hablamos un poco del genoma humano del que recién empezamos a descubrir sus misterios.  Nadie se pudo poder de acuerdo en este sentido.  El evento se terminó y después de despedirme de todos regrese a mi casa con la misma incógnita en la cabeza.

Los Panelistas (de izq. a der.): Manuel Jaén, José Ángel Nieto, Cristina Ordoñez,
Enrique Cargnino, Octavio Arosemena y Osvaldo Herrera Graham.

-o-o-o-

       He decidido, por esta razón, hacer un trabajo investigativo y replantearme la incógnita examinándome a profundidad juntamente con mi ascendencia antes de responder en definitiva la pregunta del Sr. Tito Jaén, ya que la historia de las letras, específicamente las décimas y poesías en mi familia, aunque humilde, data de mediados del siglo XIX, cuando Panamá era solamente un Departamento de la Gran Colombia de Simón Bolívar.

          Para ilustrar un poco, y que el lector sepa más o menos quiénes son los personajes a los que me voy a referir, he aquí mi árbol genealógico resumido.


          Voy a tener en este sentido que dividir esta entrada en cuatro partes que analizará cada uno de los “poetas” (permítanme llamarles así) que están coloreados en verde en el árbol genealógico.

I. JOSÉ DE LA CRUZ TORRES

          Este personaje como se puede ver, es el abuelo materno de Leonor Osorio.  Lastimosamente para el año del nacimiento de mi abuelo, ya este había fallecido, así que muy poco es lo que se sabe acerca de sus versos y poesías a falta de registros escritos.  Solamente algunas rimas que quedaron en la memoria de su hija, la madre de mi abuelo, es el único vestigio de su obra.

          Según se cuenta, y aquí entramos en el inseguro terreno de leyendas y tradiciones familiares, en donde francamente no podríamos asegurar nada a falta de pruebas física, José de la Cruz Torres fue un poeta que escribió en su mayoría a lo divino y a la chacotería (como se le conoce al género burlesco y de doble sentido de la Décima en Panamá).  He aquí un ejemplo de una redondilla cuyo verso completo se ha perdido.

Una mujer lo tenía,
pequeñito y velludito,
y al vérselo tan bonito,
un hombre la perseguía.

          Esta cuarteta a simple vista pareciera una Décima relacionada con la sexualidad, pero en realidad el tema central es el nacimiento de Jesucristo.  “Aquello” que tenía la mujer, “pequeñito y velludito” era el niño Jesús, y el hombre que la perseguía era el Rey Herodes.  El verso como verán trata específicamente de un asunto bíblico, aunque a primera vista cualquiera podría pensar otra cosa.  Es un claro ejemplo de los versos de chacotería que aún se pueden escuchar en nuestro folklor.

          No hay mucho más aparte de esto en la memoria de mi abuelo Leonor con respecto a José de la Cruz Torres, pero a él le gusta pensar que nuestro talento para la Décima proviene de este legendario personaje.  Espero seguir con la segunda entrada, dedicada a la obra mi abuelo Leonor Osorio muy pronto.

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