Querida Década de los Veinte:
Hoy
es nuestro último día, juntos. Tú sabes
muy bien lo malo que soy para las despedidas, por lo que he decidido dejarte
esta carta, solamente para que sepas que aunque nos separemos, jamás te olvidaré.
Desde
el día en que nos encontramos, hace curiosamente diez años, confieso que mi
vida fue mucho más feliz. Posiblemente
el tiempo más feliz de estos primeros 10,949 días en la tierra.
De
ti, que siempre fuiste tan generosa conmigo, a veces sin merecerlo, me quedan
muchas cosas, algunas muy significativas y otras no tanto, pero que al final de
cuentas me han ayudado a ser quien soy el día de hoy.
Tal
vez tú no las recuerdes tan bien como yo, aunque lo dudo, pero de todos modos
te dejaré esta enumeración, solo para que sepas que nada de lo que hiciste por
mí en estos diez años, pasó desapercibido.
Te soy sincero, me ha costado mucho hacer la lista y en vista de que
estuvimos diez años juntos, quise hacer una lista de diez eventos, los más
importantes sin lugar a dudas.
* Primer año: Posiblemente lo más trascendental,
y lo que le dio rienda suelta a todo lo demás, fue ese primer año en que
estuvimos juntos y que me ayudaste a unir mi vida a la mujer más maravillosa
que he conocido. A aquella niña morena de
rulos negros que conocí en la escuela.
La única mujer que he encontrado que realmente no juzga un libro por su
portada; la mejor madre, la mejor esposa, una dama valiente. Me llevaste a ella y me diste la fuerza para defenderla
durante estos diez años. Muchas gracias
querida Década de los Veinte.
* Segundo año: Un poco después de haberme dado
la compañía de aquella mujer, estuviste conmigo cuando conocí a la niña más
linda y dulce del mundo. Esa niña, que
desde el primer momento se convirtió en mi razón para levantarme todos los días
y luchar. Esa personita brillante, con el
rostro parecido al mío y que me llamó por primera vez: “Papá”. La persona por la que hice todas las demás
cosas. Muchísimas gracias querida Década
de los Veinte.
* Tercer año: Justo después de haber conocido esa
niña, me llevaste a encontrarme con el Ser más grande de la historia de todos
los tiempos. Me diste valor para pedirle
perdón por haberme alejado por tantos años de Él, y humildad para aceptar su
perdón. Me mostraste que Él no solo
estaba en las Iglesias, sino que me acompañaba siempre, aunque yo no lo
supiera. Muchas gracias querida Década
de los Veinte.
* Cuarto año: Un tiempo posterior, me ayudaste
también, tú siempre tan generosa y desinteresada, en aquel día en la
Universidad del Istmo en Panamá, a conseguir mi primer empleo. Yo estaba tan nervioso en esa ocasión, pero
me diste calma y confianza. Allí aprendí
que sin importar mi situación, podía ser un hombre productivo y llevarle el
sustento a mi familia. Me hiciste
valiente para ir todos los días al trabajo a pesar de los tranques y de mis
dolores de espalda; y trabajé codo a codo con lo demás, aún a veces con yesos
en mis brazos y piernas. Y me
presentaste al mejor grupo de trabajo que he visto en mi vida. Aquellos que me ayudaron, y aun me empujaron
para ir a mí puesto diariamente. Ellos
saben quiénes, porque a pesar del tiempo, aun son mis amigos. Muchas gracias querida Década de los Veinte.
* Quinto año: Uno de mis triunfos más grandes,
también me lo diste tú. Aquel año cuando
mi abuelo paterno fue invitado al Concurso de Décimas de La Chorrera, en donde
participaron tantos decimistas
importantes, y en el cual entré yo en lugar de él, por su edad. Me diste la inspiración para escribir esas
cuatro décimas sobre el Chorro de La Chorrera y el Guayacán, sobre Luis Emilio
Veces, sobre Las comidas y bebidas de nuestra ciudad, y sobre nuestra
música. Mismas que al final de cuentas
terminaron por ganar el concurso y con él, la Orden Centenario de la
República. Y que aún suenan en la voz de
mi padre todos los meses de noviembre en las emisoras. Aún recuerdo cuando el Jurado llamó mi seudónimo:
“El ganador es: El Guerrero” y el abrazo de mi madre. Que tiempos más felices aquellos. Muchas gracias querida Década de los Veinte.
* Sexto año: En esta época también me ayudaste
a cumplir otro sueño, pues junto a un grupo de amigos que también me acompañaron,
me hice músico por un tiempo, y grabé una canción que durante muchos años me
hizo sentir orgulloso y feliz. Le puse
Animada Comedia, porque todo me parecía de colores en aquel entonces. La canté a todas voces y mi público y fans,
que siempre fueron mi familia, la coreaban con si se fuera a acabar el
mundo. También por eso muchas gracias
querida Década de los Veinte.
* Séptimo año: Otra cosa que me regalaste fue
ese segundo lugar en el Campeonato de Ajedrez Absoluto de Panamá Oeste. Este fue mi último torneo como jugador de
ajedrez. Y aunque algunos dicen que
ganar el segundo lugar es perder el primero, como dice mi hermano: “esos que lo
dicen nunca ganaron el segundo lugar”.
Por un momento fui el segundo jugador más fuerte de nuestra
provincia. Muchas gracias querida Década
de los Veinte.
* Octavo año: En estos diez años de diste
muchas alegrías, pero también me mostraste la tristeza. En este tiempo fue donde perdí a mi
abuelo. El mejor hombre que haya
conocido. En cuyos brazos fantasee
siendo un niño, el que me enseñó realmente a hacer un cuento. Cuyos cuentos creí y ahora que soy un adulto
me doy cuento que aún sigo creyendo irremediablemente. Con la muerte de mi abuelo aprendí una
lección que nunca olvidaré y es que uno no debe dejar solo a los amigos sin
importar las razones. En esta etapa, mi
hija fue mucho más valiente que yo, a pesar que era solo una niña y por eso le estaré
eternamente agradecido. De todo tenemos
que aprender en esta vida. Igual,
gracias querida Década de los Veinte.
* Noveno año: Casi al final de mi tiempo
contigo, me ayudaste en la prueba más difícil que he tenido, porque fue aquí en
donde conocí a otra persona increíble. A
la niña más intrépida y valiente del mundo.
A la heredera de mis dolores y mis quebrantos. Pero aunque las cosas parecían difíciles, me
di cuenta que ya no habían razones para sufrir y que todas las cosas serían
diferentes. Esa princesa me dio nuevas
razones para luchar y al final de cuentas y a pesar de todas las lágrimas, me
hizo el hombre más feliz de la historia.
De verdad, muchísimas gracias querida Década de los Veinte.
* Décimo año: Y al final de todas las cosas,
cuando sorprendentemente la situación cambió y pareció que me quedaba solo, no
lo estaba, porque tu querida Década de los Veinte estabas conmigo y me diste
una página en blanco, una historia que contar y tinta mágica para escribirla y
emprendí un nuevo camino, lleno de cosas y gente maravillosa, lleno de
historias y que me hacen sin quererlo convertirme en algo parecido a lo que era
mi abuelo: un hombre lleno de historias… historias para hacer fantasear a todos,
como lo hice yo cuando era un niño. Como
si me dieras la oportunidad de volverme a encontrar con mi abuelo. Finalmente, muchas gracias por todo querida Década
de los Veinte.
Diez
años no han sido suficientes para estar contigo. Pasado mañana, si Dios me lo permite, entraré
a un nuevo empleo, como si en esta Década que se acerca todo volviera a
empezar. Espero que el tiempo que viene
sea tan generoso conmigo como lo has sido tú y que me siga encontrando con
gente hermosa y especial, para que mi historia siga siendo la historia de un
hombre feliz.
Así
te voy a recordar. Lastimosamente hoy te
tengo que dejar, aunque no quiera. Mañana
cuando me despierte ya no estarás a mi lado, y no podré verte y sentirte, pero
dicen, que al final de todas las cosas, en el cielo, cuando volvamos a ser
jóvenes, nos volveremos a encontrar, y esta vez estaremos juntos para siempre.
Hasta luego, querida Década de los Veinte y
gracias por todo.
Sinceramente,
Jesús Camilo Osorio-Barahona
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