El
nobel Corona Virus finalmente ha pisado nuestra nación. Estoy convencido, basado en lo que ha
transcurrido en los otros países, que la situación se pondrá cada vez más
delicada puesto que a pesar de que el virus como tal no es tan peligroso y que sus
índices de mortalidad son relativamente bajos, ya ha demostrado que tiene la
capacidad de crear desabastecimiento, golpear severamente la economía y crear
pánico en general.
La paciente española (primer caso en
nuestro país) me han comentado, sin poderlo asegurar, que estuvo
aproximadamente dos horas la sala de urgencias antes de ser atendida, por lo
que no es de extrañarse que empiecen a aparecer casos de COVID 19 en la ciudad
de Panamá de personas que estuvieron en ese momento en el lugar.
El desconocimiento de la población
es notable. Vi un video en donde algunos
camarógrafos, por conseguir un buen ángulo de un posible paciente positivo, se
expusieron al contagio por no llevar ningún tipo de protección. Las noticias nos llegan juntamente con las
mentiras por Whatsapp.
Mis hijas no tendrán clases el día
de mañana. Yo tampoco tendré que dar
clases en los colegios en donde trabajo como instructor de ajedrez.
Hace un rato, mi esposa salió a hacer una pequeña
compra de víveres para no tener que salir de casa un par de días y nos dimos
cuenta que ya no hay alcohol, ni geles alcoholadas, ni mascarillas en ningún lado. Lo que dijeron es que un hombre de origen
asiático pasó y compró todos estos productos en la mayoría de los
supermercados. En el Súper Xtra mi
esposa encontró cuatro botellas de Lysol escondidas en un estante y compramos
solamente una por siete dólares.
Antes de anoche, salí de casa, un poco tarde y
vi la calle totalmente desierta. Es la
primera vez en mis treinta y cinco años que no veo un solo transeúnte en la
avenida Interamericana a esa hora. Tuve
el sentimiento de estar en una película.
Por mi historial médico he decidido someterme a una
semi-aislamiento preventivo. No tengo ningún síntoma.
Para entretenerme paso el tiempo jugando ajedrez en
línea y leyendo a Dostoyevski.
Voy a escribir este diario por que escribir me da
tranquilidad.
Estoy convencido de que el COVID 19 no es “otro
resfriado”…
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