lunes, 28 de mayo de 2018

En el fondo todos estamos desnudos

Lo primero que pensé cuando vi al poeta y cineasta panameño Alfredo Belda, desnudo en el Tribunal Electoral fue, guardando las distancias, en el profeta Isaías; profeta mayor del antiguo testamento que, entre otras cosas, anduvo desnudo y descalzo por un periodo de tres años como señal al pueblo de Israel (Isaías Capitulo 20).

The prophet in his loincloth - Artista anónimo

Este miércoles 30 de mayo, Alfredo Belda será juzgado en la Corregiduría de Ancón por “acto inmoral” y sancionado con una multa de B/. 1000.00 (mil balboas).  Esto me ha hecho meditar profundamente.

No creo que Belda sea un profeta, pero sí que ha tratado de darnos una señal.  Una señal de que en el fondo, todos estamos desnudos y no lo sabemos.  Nos han desvestido de nuestro derecho a disentir, a no estar de acuerdo.  Nos han despojado del derecho a escoger nuestra forma de protestar pacíficamente.

            A veces también me siento desnudo, a la vista de todos, como cuando no se cumplen las leyes que protegen a los discapacitados, cuando no hay rampas ni accesos adecuados en los lugares públicos (hay cientos de ejemplos).  Me siento sin ropas cada vez que miro los noticieros (las pocas veces que lo hago) y veo la violencia; cada vez que veo actos de corrupción.  Me siento en pelotas cada vez que contemplo las cifras de delincuencia y drogadicción.

No tenemos que apoyar la protesta de Belda ni estar en contra de ella, pero creo que tenemos el deber de respetar y proteger su derecho, que al final es el nuestro.

Imagino que estos mismos que reclaman ser cristianos y correctos, también hubieran multado con mil siclos (antigua unidad monetaria de Oriente Próximo y Mesopotamia) al profeta Isaías por andar en cueros para llamar la atención de un pueblo.

Los invito a hacer el ejercicio y a preguntarse si de verdad tienen “la ropa” puesta.

Por: Jesús Camilo Osorio Barahona
La Chorrera, 28 de mayo, 7:38 p.m.

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