sábado, 26 de julio de 2014

VIGNETTE No. 4 - Carta a mi Querida Década de los Veinte - *Sin Editar*

Querida Década de los Veinte:
            Hoy es nuestro último día, juntos.  Tú sabes muy bien lo malo que soy para las despedidas, por lo que he decidido dejarte esta carta, solamente para que sepas que aunque nos separemos, jamás te olvidaré.

            Desde el día en que nos encontramos, hace curiosamente diez años, confieso que mi vida fue mucho más feliz.  Posiblemente el tiempo más feliz de estos primeros 10,949 días en la tierra.

            De ti, que siempre fuiste tan generosa conmigo, a veces sin merecerlo, me quedan muchas cosas, algunas muy significativas y otras no tanto, pero que al final de cuentas me han ayudado a ser quien soy el día de hoy.

            Tal vez tú no las recuerdes tan bien como yo, aunque lo dudo, pero de todos modos te dejaré esta enumeración, solo para que sepas que nada de lo que hiciste por mí en estos diez años, pasó desapercibido.  Te soy sincero, me ha costado mucho hacer la lista y en vista de que estuvimos diez años juntos, quise hacer una lista de diez eventos, los más importantes sin lugar a dudas.
           
* Primer año: Posiblemente lo más trascendental, y lo que le dio rienda suelta a todo lo demás, fue ese primer año en que estuvimos juntos y que me ayudaste a unir mi vida a la mujer más maravillosa que he conocido.  A aquella niña morena de rulos negros que conocí en la escuela.  La única mujer que he encontrado que realmente no juzga un libro por su portada; la mejor madre, la mejor esposa, una dama valiente.  Me llevaste a ella y me diste la fuerza para defenderla durante estos diez años.  Muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Segundo año: Un poco después de haberme dado la compañía de aquella mujer, estuviste conmigo cuando conocí a la niña más linda y dulce del mundo.  Esa niña, que desde el primer momento se convirtió en mi razón para levantarme todos los días y luchar.  Esa personita brillante, con el rostro parecido al mío y que me llamó por primera vez: “Papá”.  La persona por la que hice todas las demás cosas.  Muchísimas gracias querida Década de los Veinte.

* Tercer año: Justo después de haber conocido esa niña, me llevaste a encontrarme con el Ser más grande de la historia de todos los tiempos.  Me diste valor para pedirle perdón por haberme alejado por tantos años de Él, y humildad para aceptar su perdón.  Me mostraste que Él no solo estaba en las Iglesias, sino que me acompañaba siempre, aunque yo no lo supiera.  Muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Cuarto año: Un tiempo posterior, me ayudaste también, tú siempre tan generosa y desinteresada, en aquel día en la Universidad del Istmo en Panamá, a conseguir mi primer empleo.  Yo estaba tan nervioso en esa ocasión, pero me diste calma y confianza.  Allí aprendí que sin importar mi situación, podía ser un hombre productivo y llevarle el sustento a mi familia.  Me hiciste valiente para ir todos los días al trabajo a pesar de los tranques y de mis dolores de espalda; y trabajé codo a codo con lo demás, aún a veces con yesos en mis brazos y piernas.  Y me presentaste al mejor grupo de trabajo que he visto en mi vida.  Aquellos que me ayudaron, y aun me empujaron para ir a mí puesto diariamente.  Ellos saben quiénes, porque a pesar del tiempo, aun son mis amigos.  Muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Quinto año: Uno de mis triunfos más grandes, también me lo diste tú.  Aquel año cuando mi abuelo paterno fue invitado al Concurso de Décimas de La Chorrera, en donde participaron tantos decimistas importantes, y en el cual entré yo en lugar de él, por su edad.  Me diste la inspiración para escribir esas cuatro décimas sobre el Chorro de La Chorrera y el Guayacán, sobre Luis Emilio Veces, sobre Las comidas y bebidas de nuestra ciudad, y sobre nuestra música.  Mismas que al final de cuentas terminaron por ganar el concurso y con él, la Orden Centenario de la República.  Y que aún suenan en la voz de mi padre todos los meses de noviembre en las emisoras.  Aún recuerdo cuando el Jurado llamó mi seudónimo: “El ganador es: El Guerrero” y el abrazo de mi madre.  Que tiempos más felices aquellos.  Muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Sexto año: En esta época también me ayudaste a cumplir otro sueño, pues junto a un grupo de amigos que también me acompañaron, me hice músico por un tiempo, y grabé una canción que durante muchos años me hizo sentir orgulloso y feliz.  Le puse Animada Comedia, porque todo me parecía de colores en aquel entonces.  La canté a todas voces y mi público y fans, que siempre fueron mi familia, la coreaban con si se fuera a acabar el mundo.   También por eso muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Séptimo año: Otra cosa que me regalaste fue ese segundo lugar en el Campeonato de Ajedrez Absoluto de Panamá Oeste.  Este fue mi último torneo como jugador de ajedrez.  Y aunque algunos dicen que ganar el segundo lugar es perder el primero, como dice mi hermano: “esos que lo dicen nunca ganaron el segundo lugar”.  Por un momento fui el segundo jugador más fuerte de nuestra provincia.  Muchas gracias querida Década de los Veinte.

* Octavo año: En estos diez años de diste muchas alegrías, pero también me mostraste la tristeza.  En este tiempo fue donde perdí a mi abuelo.  El mejor hombre que haya conocido.  En cuyos brazos fantasee siendo un niño, el que me enseñó realmente a hacer un cuento.  Cuyos cuentos creí y ahora que soy un adulto me doy cuento que aún sigo creyendo irremediablemente.  Con la muerte de mi abuelo aprendí una lección que nunca olvidaré y es que uno no debe dejar solo a los amigos sin importar las razones.  En esta etapa, mi hija fue mucho más valiente que yo, a pesar que era solo una niña y por eso le estaré eternamente agradecido.  De todo tenemos que aprender en esta vida.  Igual, gracias querida Década de los Veinte.

* Noveno año: Casi al final de mi tiempo contigo, me ayudaste en la prueba más difícil que he tenido, porque fue aquí en donde conocí a otra persona increíble.  A la niña más intrépida y valiente del mundo.  A la heredera de mis dolores y mis quebrantos.  Pero aunque las cosas parecían difíciles, me di cuenta que ya no habían razones para sufrir y que todas las cosas serían diferentes.  Esa princesa me dio nuevas razones para luchar y al final de cuentas y a pesar de todas las lágrimas, me hizo el hombre más feliz de la historia.  De verdad, muchísimas gracias querida Década de los Veinte.

* Décimo año: Y al final de todas las cosas, cuando sorprendentemente la situación cambió y pareció que me quedaba solo, no lo estaba, porque tu querida Década de los Veinte estabas conmigo y me diste una página en blanco, una historia que contar y tinta mágica para escribirla y emprendí un nuevo camino, lleno de cosas y gente maravillosa, lleno de historias y que me hacen sin quererlo convertirme en algo parecido a lo que era mi abuelo: un hombre lleno de historias… historias para hacer fantasear a todos, como lo hice yo cuando era un niño.  Como si me dieras la oportunidad de volverme a encontrar con mi abuelo.  Finalmente, muchas gracias por todo querida Década de los Veinte.

            Diez años no han sido suficientes para estar contigo.  Pasado mañana, si Dios me lo permite, entraré a un nuevo empleo, como si en esta Década que se acerca todo volviera a empezar.  Espero que el tiempo que viene sea tan generoso conmigo como lo has sido tú y que me siga encontrando con gente hermosa y especial, para que mi historia siga siendo la historia de un hombre feliz.

            Así te voy a recordar.  Lastimosamente hoy te tengo que dejar, aunque no quiera.  Mañana cuando me despierte ya no estarás a mi lado, y no podré verte y sentirte, pero dicen, que al final de todas las cosas, en el cielo, cuando volvamos a ser jóvenes, nos volveremos a encontrar, y esta vez estaremos juntos para siempre.

Hasta luego, querida Década de los Veinte y gracias por todo.

Sinceramente,


Jesús Camilo Osorio-Barahona

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