miércoles, 7 de marzo de 2018

La muerte y el ajedrez

La muerte es inherente al juego de ajedrez.  Las piezas, pequeñas representaciones humanas de un rey, su reina, los obispos, los caballeros, los soldados y la artillería, mueren una y otra vez en batallas feroces solo para reencarnar en la partida siguiente.

No mucha gente fallece jugando ajedrez.  Dicen que Alexander Alekhine, 4to Campeón del Mundo, falleció frente a su tablero en su cuarto en un hotel en Estoril, Portugal, mientras se preparaba para disputar el Match por el título Mundial contra el ruso, Mijaíl Botvínnik.  José Raúl Capablanca, 3er Campeón del Mundo, murió mientras observaba una partida informal en el Club de Manhattan.  Casos como este hay puñado.  Morir jugando ajedrez, morir haciendo lo que más te gusta por momentos me parece un privilegio, una suerte.

 Escena de la película sueca Det sjunde inseglet (El séptimo sello).  En ella se ve a la muerte frente a Antonius Block, caballero cruzado, frente a un tablero de ajedrez.

El ajedrez por correspondencia por su parte, funciona diferente.  Quienes practicamos esta modalidad nos enfrascamos en titánicas luchas teóricas que pueden durar años (he tenido competiciones de más de seiscientos días) en el estudio de ciertas posiciones consultando todo cuando tenemos a mano: bases de datos de partidas y tablas de finales, enciclopedias de apertura, motores de análisis, etc.  El ajedrez postal es un examen a libro abierto, como suelo explicarle a quienes preguntan cómo funciona.

Generalmente intercambiamos correos entre los competidores: “Mucho gusto, me llamo Fulano de Tal, tengo tantos años, trabajo en X empresa, etc.”, “¿Cómo está la familia?  ¿Viste el juego de futbol el fin de semana?”.  Creamos un nexo inevitable.  Nuestro combate nos mantiene en contacto por mucho tiempo.  Llegamos a sentir un verdadero aprecio por nuestros rivales y a forjar amistades que trascienden el deporte.

Hans-Peter Mergard

El día de hoy he recibido la triste noticia del fallecimiento de Hans-Peter Mergard, maestro alemán con quien competí en las Preliminares del Campeonato del Mundo de Ajedrez Postal (ICCF).  Gran persona.  Buen jugador.  Tenía 73 años.  Le sobreviven su esposa y una hija.

SIM Alfredo Cilloniz Razzeto

Por desventura es la tercera vez que recibo una noticia como esta.  La primera vez fue en el año 2013, cuando me enfrenté al SIM Alfredo Cilloniz Razzeto.  Uno de los mejores exponentes de esta modalidad del Perú.  Su muerte me sorprendió realmente pues su fallecimiento llegó cuando se encontraba en posición ventajosa en nuestra partida.  Me superaba en experiencia por mucho.  Este año se realizará una copa en su honor.

CCE Verenzuela, Jesús

La segunda vez fue durante la pasada Olimpiada ICCF, en el segundo tablero.  En esta ocasión fue el Experto Jesús Verenzuela de Venezuela cuyo caso fue particularmente emotivo por el hecho de que obtuviera su título de Experto y una norma de Maestro después de su fallecimiento como si hubiera seguido peleando aún después de partir.

Estas tres muertes me han hecho meditar sobre el tema de este post, me han hecho pensar que algún día yo también dejaré partidas sin terminar, que en un momento no responderé los mensajes de mis rivales y no enviaré más mis respuestas a sus jugadas y que ellos notarán mi ausencia y probablemente me escriban como yo lo hice en su momento: “¿Está todo bien?  Tengo tiempo sin recibir tus jugadas.  Escríbeme cuando puedas” y tal vez algunos días después el director del torneo o el árbitro anunciará mi muerte tras confirmarla con mi Federación.

¿Me extrañarán cuando no esté?  ¿Se preguntarán acaso cual hubiera sido el desenlace de nuestro juego?  No hay forma de saberlo.  Lo que sí sé es que llegado mi momento tendré una muerte como la de Alekhine, frente a un tablero digital en el ciberespacio esperando por mi movida para desentrañar los misterios de su posición.  Al final del día todos los ajedrecistas postales morimos como campeones del mundo, tratando de entender un juego imposible, en busca de la movida perfecta.

1 comentario:

  1. https://platinumpeachpress.com/el-trigo-y-el-sindrome-del-intestino-que-gotea/
    He aquí un resumen rápido de cómo funciona su intestino – bueno, no funciona – cuando el intestino que gotea asoma su cabeza, y compruebe algunos síntomas que no se da cuenta de que están relacionados con esta afección.

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