El pasado viernes 29 de junio fuimos a
darle el último adiós a Tía Luz. La
última hermana que quedaba de mi bisabuelo Pablo Osorio Osorio. Una mujer centenaria de una fortaleza
admirable.
En el servicio que tuvo lugar en la
Parroquia Santa Marta, su nieta, la Dra. Tania González (mi pariente), leyó una
despedida muy hermosa, que no me he resistido a pedirle el permiso para
publicarla y compartirla con ustedes.
(Q.D.E.P.)
La he transcrito intacta, tal como la
recibí de su autora. Aquí les dejo, a la
luz del prisma: “Camina que camina”
“Había una vez una
señora a la que llamaban la abuela zapatona… así empezaba Mama Luz a hacernos
un cuento de los tantos cuentos con los que alimentaba nuestra imaginación
infantil y camina que camina…, nadie interpretaba mejor este papel, camina que
camina como una hormiguita de esas que consideran que el lujo es simplemente
algo vulgar, ella no se permitió lujos, camina que camina, contaba en reales,
27 reales, 35 reales….y nosotros; sus biznietos, haciendo logaritmos para
interpretar sus avatares, camina que camina, para deleitarnos con ese chocolate
caliente y esa tortilla azada, siempre atareada y ágil, preparaba todo sin un
solo desperdicio.
Servicio de hueco,
fogón de leña, bomba de agua manual, pozo de agua brocal, fueron cosas que
aprendimos a entender gracias a esas
manos curtidas, que no sabían bien como dar una caricia más que con la entrega
absoluta de todo su ser, su patio infinito, sus vacas y el televisor de
baterías, la puerta de tranca las ventanas de madera, el palo de fruta china,
los alambres de púas, y sus caballos. El anaquel misterioso en donde todo
aparecía, el dinero, los granos, y hasta los recortes de periódico y las fotos.
Camina que camina
iba iluminando con esos ojitos vivarachos el piso que pisara, llegaba en su
caballo a visitar a su papa a atalayita y aguantaba a sus biznietos-terremoto y
los amaba, a su forma particular, con todo su ser, camina que camina al caer la
noche agarraba su montura y regresaba a su casita. Contaba vacas, vendía vacas,
restaba sumaba y pagaba, siempre pagaba, nadie sabía cuántas vacas tenía cada
uno, solo ella, que era quien las asignaba.
Su memoria era como
ninguna, nadie puede decir que ella no se acordó de su cumpleaños. Sabia el día
de cada santo, hay santos para todos los días del año creo, bueno ella se los
sabía todos. Esta mujer nos enseño el significado vivo de la palabra honradez,
de la palabra honor, de la palabra trabajo, nos regaño cuando hubo que hacerlo
con esa verticalidad que una vida llena de golpes puede darte.
Y se nos fue
ablandando, camina que camina, se fue poniendo mayor, se fue poniendo chiquita,
y temerosa, se fue poniendo suavecita y amorosa, camina que camina, nos fue
dejando cuidarla, hasta que ya no camino más, pero ahí siguió con nosotros,
firme, era una guía, un motivo de alegría y de orgullo, nuestro tesoro, y esas
sonrisas que en sus últimos años nos regalaba, cada una de ellas valía
millones, y siguió prodigando millones aunque ya no caminaba.
Ahora nosotros le
hablábamos al oído y le devolvíamos sus propios cuentos solo por tener esa
sonrisa nuevamente en su carita, se fue volviendo un angelito delicada y
suavemente, ya no regañaba pero aun tenía su carácter, no conozco a nadie tan
honrado que deje todo pago antes de morirse, para no deberle a nadie nada, solo
a ella.
Y ahora nos toca
aceptar que ella tiene que partir, es natural no querer aceptar que las cosas
se acaban, ella era un pilar, un punto de apoyo moral, ético, emocional, de
apoyo fundamental para nuestra familia completa, un orgullo, y ha sido un
verdadero honor para todos sus biznietos haberla tenido con nosotros tantos
años y apreciarla tanto tiempo, por eso estamos seguros que ella seguirá: camina
que camina hasta encontrarse con el pavo…..y el perro….y el palo……y el
fuego…..y el agua…..y el buey…..y el carnicero…..
Abuelita zapatona,
de parte de todos tus biznietos este hasta siempre, este abrazo de amor puro
lleno de recuerdos y de alegrías compartidas, de parte de todos tus biznietos,
gracias por tanto. Hasta pronto Mama Luz”
- Dra. Tania
González
No hay comentarios.:
Publicar un comentario