El día lo recuerdo claramente, aunque el año no. Yo era apenas un niño y me trasladaba de un
lado a otro en un pequeño triciclo que aun debo tener guardado en algún lugar
de la casa. Era el cumpleaños de mi papá
o tal vez el día anterior. Mi abuelo Papa
Nol (Leonor Osorio Tejedor, q.e.p.d.) me llamó desde el otro lado de la calle. Él estaba en casa de mi tía Ecilda, sentado
en el piso del portal, a mi altura, en chancletas, con su particular sindactilia
al aire libre.
Me había llamado para enseñarme unos versos para dedicárselos a mi padre en su cumpleaños. Me dijo que
le dijera que los había hecho yo para que se pusiera contento. Recuerdo vívidamente su legendaria voz ronca
y su manera particular de recitar la poesía.
El pie de décima era el siguiente:
Felicidades
papá
por los años que has cumplido
y le tengo a Dios pedido
que sigas cumpliendo más.
Cuarenta y tantos años ya
que tienes, me desespera
como Dios me considera
y al lado tengo a mi madre
pido que viva mi padre
yo no quiero que se muera.
por los años que has cumplido
y le tengo a Dios pedido
que sigas cumpliendo más.
Cuarenta y tantos años ya
que tienes, me desespera
como Dios me considera
y al lado tengo a mi madre
pido que viva mi padre
yo no quiero que se muera.
Estos versillos no los he olvidado, y sé que nunca los
voy a olvidar, aunque ahora mientras los escribo siento tristeza. Es el primer cumpleaños de mi viejo, sin su
viejo. Mi abuelo se nos fue a principios de año, pero el poder de su poesía es tal que, desde la eternidad, me ayuda una vez más a felicitar a mi padre.
Te quiero mucho papá. Feliz
Cumpleaños…
Mi viejo con su viejo...
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