martes, 26 de mayo de 2015

Décima: "Juramento Cumplido" por Agustín Rodríguez

Poco antes del fallecimiento del gran Agustín Rodríguez, la Perla Negra de Herrera, mi padre, quien fue siempre admirador de este baluarte del folklor, tuvo la oportunidad de visitarlo varias veces.  De aquellas conversaciones que tuvieran me ha quedado un puñado de décimas que afortunadamente mi papá anotó.  He querido compartir la siguiente, que es francamente una de las que más me gusta.  La he transcrito fiel al archivo que reposó en la laptop de mi padre hasta hace poco.  Espero poder compartir algunas más de este gran decimista panameño en un futuro próximo.  Aquí se las dejo, a la luz del prisma...


Juramento Cumplido (Torrente: Zapatero)

I.
Camino del pueblo un día
a un jinete en su montura
en medio de la llanura
distingue la serranía.
Se pierde en la lejanía
el eco de un estribillo
cuando el garañón rosillo
llega a una laguna leve
mientras el caballo bebe
él enciende un cigarrillo.

II.
Se estuvo un rato pensando
luego la marcha reanuda
hombre y bestia siguen muda
por el camino avanzando.
Ya se estaba aproximando
de lejo’ el pueblo veía
desde hace tiempo seguía
la pista de aquel malvado
el que un día menos pesado
mató lo que más quería.

III.
Llega al pueblo decidido
luego entra en la taberna
con su pistola moderna
iba con el pecho erguido.
En el momento ha pedido
un trago con voz violenta
al mismo tiempo presenta
un retrato un poco viejo
“he venido de muy lejos
para saldar una cuenta”.

IV.
Le pregunta al cantinero
si conoce la persona
mientras el trago se toma
el valiente forastero.
Le dice el otro: “no quiero
en mi cantina violencia”
volteándose con paciencia
ante aquellos parroquianos
y el retrato en sus manos
lo mostró a la concurrencia.

V.
Cuando el otro se enteró
de que lo andaban buscando
se estuvo un rato pensando
y después se presentó.
A la cantina llegó
atravesando el umbral
hijo de Dios y del mal
dígale muy claramente:
“si tú eres hombre valiente
defiéndete como tal”.

VI.
Estando ya frente a frente
le pregunta: “tú eres hombre”
dice el otro: “de renombre
siempre he sido suficiente”.
Se escucharon de repente
las pistolas detonar
así tuvo que acabar
con el pecho ensangrentado
el cuerpo de aquel malvado
se vio en el suelo rodar.

VII.
Luego monta en su corcel
y sin mirar para atrás
para no volver jamás
se aleja del pueblo aquel.
En el cementerio él
llega a una tumba y la besa
de rodillas le confiesa
mostrando su gallardía
“como te juré alma mía
he cumplido mi promesa”


Autor: Agustín Rodríguez

La Perla Negra de Herrera