viernes, 28 de febrero de 2014

Los siete colores de “El mar que nos unió”

          En el marco del Festival Internacional de Poesía Ars Amandi y con el apoyo del Proyecto PoetiCA se realizó el lanzamiento de una “breve selección de poesía panameña” llamada: El mar que nos unió.  Un proyecto que tiene como intención “…la inclusión de las voces poéticas xincas, garífunas, afrodescendientes e indígenas como mecanismo de integración regional…” es el que ha dado vida a esta obra.



          Tuve la oportunidad, después de algunas vicisitudes y de la buena voluntad de Mar Alzamora-Rivera y Lucy Cristina Chau, de conseguir una copia de esta antología que en esta ocasión reúne siete poetas del patio.

          Tras haber leído la obra, quisiera, sin ser crítico de poesía, hacer algunos comentarios a manera de “review”, como tengo por costumbre cuando un libro causa algún impacto en mí.  Dividiré pues, esta entrada en siete secciones para dedicar algunas líneas a cada uno de los autores.

Raúl Houlstan (Urá del Drago): El poeta Houlstan, originario de la provincia de Bocas del Toro, no es un novel de las letras.  Ha publicado varios poemarios en el pasado (Grama Roja en 1975 y Naitafón en 2003), y siendo el mayor en edad, lidera hasta cierto punto esta séptupla de creadores.   Sus poemas contenidos en esta obra están llenos de recuerdos; son nostálgicas fotografías en sepia de sus tiempos de mozos que reviven cada vez que alguien los lee en voz alta.

Manigueuigdinapi Jorge Stanley Icaza: “Mani” por decirlo en una frase: es un indígena Kuna extremadamente orgulloso de su cultura.  Este sentimiento lo refleja en cada uno de los poemas.  Leyendo los versos de “Mani”, por momentos me parece escuchar la voz de un anciano combinada con la de este hombre-poesía moderno.  Es una voz que viene viajando de generación en generación la que se perpetúa en sus poemas y cobra vida una y otra vez.  En el poema “Beso”, el cual es el mejor ejemplo para sustentar lo que explico, “Mani” hace una fuerte crítica a los gobiernos que oprimen a su pueblo bajo el disfraz de una capa casi erótica.

Mar Alzamora-Rivera: La poesía de Mar Alzamora-Rivera, es una mezcla equilibrada de romanticismo e impresionismo, en la cual ninguno de estos dos sabores consigue opacar al otro.  Hay una textura como a tango y desamor en cada uno de sus versos, lo cual posiblemente se deba al hecho de la carrera musical que esta poetisa lleva exitosamente con su grupo Paisaxe.  El poema Confesiones es el mejor ejemplo de esto.

Orivel Oneida Ortega De León: Para describir el trabajo de Orivel Ortega, utilizaría solamente una palabra: surrealismo.  Ella no intenta esconderlo, ni se avergüenza, y al contrario, le divierte.  Cada uno de sus poemas, son como pequeñas pinturas superrealistas en las cuales los espectadores-lectores se forman diferentes ideas e imágenes, pero en las que muchas veces el verdadero significado queda oculto tras la sonrisa de la poeta.

Melanie Taylor Herrera: El distintivo estilo de poesía de Melanie Taylor deja entrever sin ninguna duda su background de cuentista.  Cada una de sus creaciones es una historia con personajes y situaciones más característicos de un relato que de una poesía.  El gran talento de Melanie le ha permitido saltar entre la música y los géneros literarios con éxito, haciéndose inclusive un nombre internacionalmente en distintas antologías como “Qubit”, “Cuentos del Hambre” y “Mujeres en la Historia”.

Martín Ricardo Testa Garibaldo: Martín Testa Garibaldo nos regala para “El mar que nos unió” una selección de cuatro magníficos poemas de su vasto repertorio; con ese estilo tan particular y descriptivo que ha caracterizado la obra de este experimentado y galardonado poeta.

Esteban Binns Carpintero: Cuando leo los poemas de “Übia Üai Jä”, siento que leo los versos de un guerrero, pues ellos han sido escritos con esa sangre-tinta hecha con las frustraciones de la Comarca Ngäbe-Buglé.  Años de ancestros oprimidos y cansados, son los que han forjado este original poeta indígena.  “De mar a mar”, último poema de esta antología, y probablemente el que le diera el nombre al libro, es una muestra del sufrimiento que estas minorías llevan soportando por más de quinientos años.

          No quiero terminar esta entrada sin felicitar a estos siete poetas, juntamente con tres de las personas que han hecho todo esto posible: Lucy Cristina Chau, Esteban Aguilar y Marvin García.


¡FELICIDADES!

Enlaces de Interés:

Proyecto PoetiCA - http://proyectopoetica.org/

Proyecto PoetiCA: El mar que nos unió - http://proyectopoetica.org/panama/


lunes, 24 de febrero de 2014

La Desesperación de Walter White - Reflexiones sobre “Breaking Bad”

          No hay mucho que alguien como yo pueda decir acerca de esta serie tan premiada y aclamada internacional, pero ha sido tanto el impacto que ha causado en mí, que he decidido dedicarle una entrada en mi blog.

Cuando supe que Anthony Hopkins, uno de mis actores preferidos, envió una carta dirigida a Bryan Cranston para elogiar su labor en la serie televisiva “Breaking Bad”, quedé inmediatamente comprometido a verla.  

          En la carta, Mr. Hopkins se refería a la serie como: “brillante y adictiva”, “como el mejor trabajo que había visto en toda su vida”.  En este punto sentí que exageraba, pero no me importó y aquella misma noche, como a eso de las 9:00 p.m. le di play en mi computadora al capítulo número uno.  Lo cierto es que no me pude despegar de mi silla de ruedas hasta que no terminé los siete episodios de la primera temporada.  Fueron cinco horas y veinticinco minutos…  Tenía razón, era excelente.

          Me terminó sucediendo más o menos lo mismo que a Mr. Hopkins y en un periodo de dos semanas terminé de ver la serie completa.  Sesenta y dos episodios; un total aproximado de 47 horas.  Trataré en la medida que me sea posible evitar los spoilers, porque mi intención es la vean, pues la recomiendo.

          La serie se centra en la vida de un mediocre profesor de química llamado Walter White.  Este personaje está basado probablemente en un criminal de Alabama con el mismo nombre y los mismos delitos.  Walter es un hombre de clase media, con recursos financieros muy limitados.  Casi rayando en la pobreza subsiste a duras penas con dos trabajos: el de profesor y otro en un car wash por la tarde.  Está casado y el primer hijo del “no tan feliz” matrimonio es un joven con parálisis cerebralWalter es un hombre frustrado que vive de las aparariencias…

          Su esposa le informa que está embarazada y es precisamente durante este periodo en donde a Walter se le detecta un cáncer pulmonar.  El doctor le comunica que le queda poco tiempo de vida a menos que se someta a un riguroso tratamiento que lamentablemente su seguro de salud no cubre.  La existencia de nuestro querido Profesor White empieza a desmoronarse.  Las esposa de Walter, decide buscar un empleo, lo cual no es suficiente para la costosa medicación a la que tiene que someterse su cónyuge.

Bryan Cranston interpreta a Walter White.  Créditos de la imagen: Cara Thayer and Louie Van Patten.

          Es aquí en donde comienza mi reflexión, pues son este tipo de situaciones donde nuestra sociedad actual, nuestro complicado y desbalanceado sistema monetario internacional “fabrica” criminales como Walter White.  Hombres decentes que de un momento a otro se quedan sin opciones, sin esa siguiente jugada para seguir la complicada partida de ajedrez que nos plantea la vida. 

          Cualquiera que vea los tres o cuatro primeros episodios se dará cuenta que las interrogantes que se plantea Mr. White antes de iniciar sus actividades delictivas son totalmente razonables: “¿Qué debo hacer?  ¿Debo simplemente morir y dejar a mi esposa, a mi hijo discapacitado y mi hija recién nacida desamparados?”.  Para aquellos que tenemos familias estas son preguntan que muchas veces rondan nuestra cabeza.

Mr. White no quería una gran mansión, o un gran colegio para sus hijos.  Él solo quería lo “básico”.  Quería saber que si moría, sus hijos no quedarían sin educación, su esposa no perdería la casa, y que no pasarían hambre.  Eso era todo.

Por todo esto nuestro amable profesor se convierte en un productor de Metanfetaminas, una de las drogas más peligrosas en la actualidad y con los conocimientos que tiene sobre química logra que su “producto” sea inigualable, y aquel “cristal meth” con el distintivo color azul se vuelve el mejor en poco tiempo.

La desesperación de Walter White es legítima y sin querer me identifico con ella.  Es la misma desesperación que tuvo en algún momento un porcentaje de los convictos que hoy tenemos en nuestras cárceles: gente sin chances, quemados socialmente, sin salida, llenos de deudas, que no tuvieron otro camino que tomar que la delincuencia para auto-defenderse de este sistema que tiene una purga permanente contra la clase media para empujarnos a la pobreza (demás está decir que no me refiero a todos).      

          Este sistema social del cual hablo tiene una producción permanente de criminales, como lo he dicho, y la misma historia lo comprueba.  Cuantas veces no hemos visto grandes gobiernos patrocinar “a ciertas unidades” que terminan finalmente siendo los protagonistas del problema.

Es muy probable que si viviésemos en una sociedad utópica en donde cada quien pudiera tener la necesidades básicas sin tener que preocuparse, la criminalidad bajaría casi a cero.  Prueba de esto es que algunos de nuestros vecinos europeos han estado cerrando cárceles a falta de presos por tener mejores estructuras sociales.  Cosa que pareciera un sueño en América Latina.

Lo que me preocupa, es que los cambios que se necesitan hacer no se avistan en el horizonte todavía, y el sistema nos sigue y seguirá presionando, como tentando a que finalmente el Walter White que todos tenemos adentro, nuestro lado malo, tome el control total de nuestras vidas.

Enlaces de Interés:
YOUTUBE: The Real Walter White - http://www.youtube.com/watch?v=HkB9VJdu27M



viernes, 21 de febrero de 2014

¿De la izquierda o la derecha? - Las mentes ambidiestras del futuro – Crisis en Venezuela

          Quisiera empezar por pedir disculpas si con las siguientes ideas que quiero exponer ofendo sin intención a alguna persona.  Dichas palabras me han salido del corazón y van con mucho respeto.  Como una mísera contribución de un pequeño panameño que ni siquiera puede levantarse en dos piernas.

          Aquellos que me conocen a profundidad, saben que muy rara vez veo televisión.  La razón de esto, es que considero que un alto porcentaje de lo que se proyecta actualmente no aporta casi nada al intelecto humano.  Mi manera de enterarme del acontecer nacional e internacional es a través del internet.

          Es por esto, que últimamente he visto desde las redes sociales con suma tristeza los nefastos acontecimientos que están ocurriendo en nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela, y digo hermana, porque fue el mismo General Simón Bolívar, quien tuvo la visión de un gran país Latinoamericano que juntase a Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela.

          Los sucesos que he podido ver en los videos y fotografías muestran una gran cantidad de violencia en las calles, con grupos armados (los cuales no puedo asegurar que sean en su totalidad del gobierno) disparándose los unos a los otros, como nos sucediera hace casi veinticinco años en nuestra patria.  Grupos estudiantiles se enfrentan a pedradas contra la policía; manifestaciones de carácter apoteósico transitan en casi todas las provincias y departamentos del país vecino.  Reina el caos, puesto que el gobierno de turno, que ganó las elecciones con poco más del 50%, tiene prácticamente la mitad del país en contra.

          La pregunta que lanzo al aire es muy sencilla: “¿Por qué?”.  Yo nunca he sido un experto en política internacional, y no es mucho lo que entiendo de socialismo, comunismo, capitalismo, fascismo y todos los demás “ismos” que puedan encontrar.  Lo que sí entiendo es que cada uno de ellos ha fallado históricamente.  La humanidad actual no cuenta con un sistema de gobierno perfecto, e inclusive algunas escuelas filosóficas que han estudiado el tema a fondo, argumentan que la “aristocracia” es la manera de gobierno más eficaz.  Lamentablemente dicha teoría falla sencillamente porque no existe un mecanismo para elegir a los aristócratas.

          Lo que sí he escuchado repetidamente, es a un bando y al otro acusarse de: “extrema derecha” o “extrema izquierda”.  Es algo del diario acontecer en la televisión venezolana.  Cada uno de los grupos, el de gobierno y de la oposición, representan dignamente lo mejor y lo peor de ambas corrientes de pensamiento.  No existen puntos medios hoy en día en Venezuela y lo peor de todo, es que hay miles de niños latinos viendo lo que ocurre y llenándose la mente con estas ideas incorrectas que tras haber fallado, han llevado a un país al borde de la ruina y de una intervención militar internacional, la cual está demás decir que sería desastrosa.  Las grandes mentes del mundo entero, entre los que está mi compatriota Rubén Blades, llaman a ese “dialogo”, sin que nadie responda la llamada.

Cada ciudadano tiene tristemente una marca invisible sobre su frente, como si fuera la marca de la bestia.  “O eres de la izquierda o eres de la derecha”, “o eres comunista o burgués”.  Yo sinceramente creo que es aquí en donde radica el problema.

Lo que Venezuela necesita es una nueva forma de pensamiento.  Que cada ciudadano se deshaga de esas “etiquetas” que se han impuesto y que conviertan sus mentes en “mentes ambidiestras”.  Mentes capaces de tomar lo mejor de la izquierda y de la derecha y crear algo nuevo, algo mejor.  Crear una nueva revolución, pero que esta sea una revolución de poetas, de pintores, de escritores, de músicos, de actores, de médicos, de científicos, de abogados y de maestros.  Una Revolución de Paz que lleve a Venezuela a una esfera intelectual superior y entre en una época de oro en la cual puedan mirar orgullosamente al pasado y decir: “Hoy soy el amo y señor de mis dos manos: de la izquierda y de la derecha, y no permitiré que me gobierne ni la una ni la otra, porque ambas son partes de mí; ambas me las ha obsequiado el destino”.


¡Que Viva Venezuela y que Viva la Paz!
Atentamente,
JESÚS CAMILO OSORIO BARAHONA
Escritor Panameño

Correo electrónico: osoriobarahona@gmail.com
A la Luz del Prisma - Blog: http://osoriobarahona.blogspot.com

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miércoles, 19 de febrero de 2014

Historia de las letras en mi familia I: José de la Cruz Torres - Conversatorio ¿Está el artista desnudo detrás del espejo?

          Hace algunas semanas mi amigo Osvaldo Herrera Graham me invitó a un conversatorio que se llevó a cabo en Casa Góngora del Casco Viejo, con el tema: “¿Está el artista desnudo detrás del espejo?”.  Valito (como suelo llamar al Maestro Herrera Graham) era uno de los panelistas juntamente a algunos otros artistas muy reconocidos del ámbito nacional, entre los que figuraban Cristina Ordoñez, Octavio Arosemena, Manuel Jaén y el internacional Enrico Cargnino de Italia.

          Era mi primera visita a dicha galería y la caminata que dimos desde el lugar en donde dejamos parqueado el automóvil cerca del Teatro Nacional me pareció de lo más pintoresca.  Las finas parejas tomando copas de vino en el Parque Bolívar hacían un contraste muy bonito con las mujeres del barrio jugando Bingo en media calle.

          Llegamos a tiempo por suerte y tuve el placer de conocer casi de inmediato a un caballero ilustre, de saco y bastón, que me abordó amistosamente.  Era nada más y nada menos que Don Tito Jaén; se presentó como el padre de Manuel, uno de los expositores.  Hablé con él de diversos temas antes de que diera inicio el conversatorio: desde el antiguo líder Romano Cincinato, hasta de nuestras posibles ascendencias judías sefarditas y de los Inspectores del Humo en la España Inquisidora.  Fue una conversación breve pero agradable.

          La organización e idea del evento estuvieron a la altura de la ocasión y aparte de ver una presentación de cada uno de los creadores invitados, hubo sesiones de preguntas y respuestas.  Claro, siempre con interrupciones de la barraca contigua, en donde alguien no paraba de rascar el concolón de una paila y hablar fuerte y vulgarmente sobre un tema relacionado a un “fokin celular” (trato de conservar la pronunciación, disculpenme) que nunca llegué a comprender de lleno.

Fue una pregunta que hice, acerca de Marcel Duchamp (famoso pintor y ajedrecista Francés del siglo pasado) a Valito, la que nos dio la oportunidad de ver un bonito debate entre Osvaldo y Cristina que tomaron armas para defender a Picasso y Duchamp respectivamente.  Dicho debate llegó inclusive hasta los murales de Facebook de ambos artistas.

Osvaldo y Cristina resolviendo sus diferencias como personas civilizadas. J

          Una de las últimas preguntas del evento, y la razón de esta entrada de mi blog, la hizo el Sr. Tito Jaén y si no mal recuerdo estaba dirigida a Octavio Arosemena.  La pregunta era si él creía que el ADN tenía algo que ver en el desarrollo del artista; si dicho ADN le da una predisposición para la belleza y la creación.  Al escuchar la pregunta primeramente me indigné, puesto que siempre he creído que el hombre se hace y no nace, que uno construye su futuro a base de transpiración y esfuerzo, y no sencillamente por ser el hijo de un fulano de tal.  En la pequeña y amistosa discusión que se fomentó utilicé a Alexander Dumas, autor de los Tres Mosqueteros y el Conde de Montecristo, quien como es bien sabido tenía ascendencia de esclavos por parte de su abuela, para defender mi teoría, pero al mismo tiempo mi hipótesis fracasaba puesto que el hijo de Dumas, fue también un escritor reconocido.

No pudimos llegar a ninguna resolución e inclusive en el break que se nos dio para degustar la pizza y el vino, Octavio se me acercó para seguir el argumento y hablamos un poco del genoma humano del que recién empezamos a descubrir sus misterios.  Nadie se pudo poder de acuerdo en este sentido.  El evento se terminó y después de despedirme de todos regrese a mi casa con la misma incógnita en la cabeza.

Los Panelistas (de izq. a der.): Manuel Jaén, José Ángel Nieto, Cristina Ordoñez,
Enrique Cargnino, Octavio Arosemena y Osvaldo Herrera Graham.

-o-o-o-

       He decidido, por esta razón, hacer un trabajo investigativo y replantearme la incógnita examinándome a profundidad juntamente con mi ascendencia antes de responder en definitiva la pregunta del Sr. Tito Jaén, ya que la historia de las letras, específicamente las décimas y poesías en mi familia, aunque humilde, data de mediados del siglo XIX, cuando Panamá era solamente un Departamento de la Gran Colombia de Simón Bolívar.

          Para ilustrar un poco, y que el lector sepa más o menos quiénes son los personajes a los que me voy a referir, he aquí mi árbol genealógico resumido.


          Voy a tener en este sentido que dividir esta entrada en cuatro partes que analizará cada uno de los “poetas” (permítanme llamarles así) que están coloreados en verde en el árbol genealógico.

I. JOSÉ DE LA CRUZ TORRES

          Este personaje como se puede ver, es el abuelo materno de Leonor Osorio.  Lastimosamente para el año del nacimiento de mi abuelo, ya este había fallecido, así que muy poco es lo que se sabe acerca de sus versos y poesías a falta de registros escritos.  Solamente algunas rimas que quedaron en la memoria de su hija, la madre de mi abuelo, es el único vestigio de su obra.

          Según se cuenta, y aquí entramos en el inseguro terreno de leyendas y tradiciones familiares, en donde francamente no podríamos asegurar nada a falta de pruebas física, José de la Cruz Torres fue un poeta que escribió en su mayoría a lo divino y a la chacotería (como se le conoce al género burlesco y de doble sentido de la Décima en Panamá).  He aquí un ejemplo de una redondilla cuyo verso completo se ha perdido.

Una mujer lo tenía,
pequeñito y velludito,
y al vérselo tan bonito,
un hombre la perseguía.

          Esta cuarteta a simple vista pareciera una Décima relacionada con la sexualidad, pero en realidad el tema central es el nacimiento de Jesucristo.  “Aquello” que tenía la mujer, “pequeñito y velludito” era el niño Jesús, y el hombre que la perseguía era el Rey Herodes.  El verso como verán trata específicamente de un asunto bíblico, aunque a primera vista cualquiera podría pensar otra cosa.  Es un claro ejemplo de los versos de chacotería que aún se pueden escuchar en nuestro folklor.

          No hay mucho más aparte de esto en la memoria de mi abuelo Leonor con respecto a José de la Cruz Torres, pero a él le gusta pensar que nuestro talento para la Décima proviene de este legendario personaje.  Espero seguir con la segunda entrada, dedicada a la obra mi abuelo Leonor Osorio muy pronto.

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sábado, 15 de febrero de 2014

Al fin y al cabo ¿Qué es un poeta? – Festival de Poesía Ars Amandi 2014

          Hace un par de semanas, cuando el año recién entraba, me encontraba navegando en las páginas de mis contactos de Facebook.  De pronto encontré un posting muy singular en el muro de Kaf Lavie.  Debo confesar que tengo el vicio de entrar en la página de Kaf, porque admiro su espíritu de lucha y me parece, aunque no la conozco a fondo, una mujer inteligente e interesante.  Lo que encontré era un enunciado corto y sencillo, seguido de una pregunta de cuatro palabras, que decía: “Al fin y al cabo ¿Qué es un poeta?”.

          Para ese momento algunos de sus contactos ya habían intentado contestar a duras penas, pero al leer sus respuestas, tengo que confesar que quedé insatisfecho.  Puse mi cursor en el espacio que dice en ese gris tentador “Escribe un comentario…” y me dispuse a responder a la interrogante.  Espere.  Estuve allí, frente al monitor como una pequeña estatua del buda gordo, con mis dedos prestos a escribir esas ideas que no llegaban.  Quería una respuesta corta, simple y concisa.  No la hallaba.  Era sorprendente… Al menos al inicio.
          Desde aquel día, esa pregunta ha dado vueltas en mi cabeza.  Es probable que esa cuestión no tenga una respuesta que nos haga feliz a todos, pero al menos debe haber una que me haga feliz a mí.
          No he querido buscar que dicen los eruditos de la literatura al respecto, sino formarme un concepto personal y propio de lo que son para mí los poetas.  ¿Soy acaso uno de ellos?  ¿Quién sabe?  Y aunque la historia de la poesía en mi familia, que tiene a mucha honra más de 150 años (tema que me gustaría tratar en otra entrada de este descuidado blog), y algunos premios que he ganado en Décimas Espinelas a nivel regional, y haya escrito tantos versos, ya no estoy tan seguro.  De lo que sí estoy seguro es que existen y tengo la suerte de conocer muy de cerca a algunos de ellos, como al Gran Salvador Medina Barahona y al legendario Maestro Jorge Laguna Navas.
          La respuesta que tanto me esforcé en buscar, la encontré en el IV Festival Internacional de Poesía Ars Amandi que se inauguró el pasado 13 de febrero en el Hotel Torres De Alba.  Fue una velada maravillosa en la que pude escuchar a tremendos expositores de este género literario como a: Esteban Aguilar de Costa Rica, Marvin García de Guatemala y Melanie Taylor de Panamá Oeste, entre otros.
          En aquel momento estaba al micrófono un poeta panameño llamado Jorge Stanley Icaza, un pequeño indígena que todos llamaban “Mani”.  Él aún no había iniciado su intervención de lleno, estaba visiblemente conmovido y lo que dijo me dejó una revelación, fue algo como esto: “me siento muy emocionado porque nunca esperé ver mis poemas en un libro, ya que siempre los había publicado en servilletas, papeles higiénicos, paredes de baños, tarjetas de regalo y…”.  El público no le permitió terminar y todos aplaudimos al unísono sus palabras… Eran sinceras… Le salían del alma… Eran poesía.
          Allí comprendí lo que es un verdadero poeta, y que conste ante todos que los hay falsos también, un poeta es aquel que dice lo que tiene dentro sinceramente y sin engaños.  No se trata de rimas, ni versos alejandrinos, ni octosílabos.  Él es un ser al natural, sin tapujos ni excusas, es él y solo él, simplemente él.  
          Así que Kaf Lavie, si tuviera que responder hoy nuevamente a tu pregunta, lo haría de la siguiente manera: “Un verdadero poeta es un ser que camina en las páginas de la literatura totalmente desnudo, y un novelista (solo para diferenciar) es un ser que también camina desnudo, pero este a diferencia del otro, siempre anda enmascarado”.


El poeta Arysteides I. Turpana el homenajeado de la noche
Retrato hecho por el pintor Kuna Ologwagdi

Espero que mi respuesta te sirva, aunque sé que ha llegado un poco tarde.
Un abrazo,
Osorio Barahona

Enlaces de Interés:
Proyecto PoetiCA – Poetas por la Integración Centroamericana – http://proyectopoetica.org/