Me acaba de
llegar la noticia del fallecimiento del Ing. Mario Rodríguez Vega, Director del
Instituto de Formación Especializada Bilingüe Emmanuel.
Su muerte me
llena de tristeza de forma particular.
Conocí a Don
Mario hace algunos años, una gran persona que nos abrió las puertas de su
colegio para impartir clases de ajedrez.
Don Mario era una
persona de un positivismo tremendo, un paladín de la educación, un hombre
bueno.
El único director
educativo a quienes sus alumnos salían a abrazar en los recreos. Un hombre, quien emulando a los grandes (Julio
Cesar y Alejandro el Grande), conocía el nombre y apellido de cada uno de sus
alumnos.
Pero sobre todas
cosas, el único director de todo el
distrito quien me abrió las puertas para que mi hija Luna asistiera a clases con
su mamá en su plantel; razón por lo cual siempre estaré en deuda con él.
Su recuerdo en la
mente de Luna y sus compañeritos es imborrable; Daysi me cuenta como cuando lo
escuchaban por los pasillos decían: ¡Llegó el Señor Mario! ¡Llegó el Señor
Mario!, emocionados de ver a su director.
La muerte de Don
Mario deja un vacío que será difícil de llenar.
Quienes lo conocimos, nos hará mucha falta.
Recuerdan mis
padres la última conversación que tuvieron, recién el pasado viernes 29 (hace
menos de 48 horas), en donde les dijo que estaba seguro que estaba seguro que él le entregaría el
diploma a mi Luna, caminando.
Don Mario siempre
creyó en Luna y nosotros siempre creímos en Don Mario.
Les comparto, a la luz del prisma, la entrevista que me ha hizo el periodista deportivo Juan Pérez para la Revista Web de la Confederación Americana de Ajedrez Postal. Le agradezco a CADAP por la oportunidad y el honor que me han hecho.
ENTREVISTA
JESUS OSORIO
Félix Sarlat, al ganar el torneo de
Candidato a Maestro Latinoamericano 02/05 (2005/7), se había convertido en el
único panameño en alcanzar el sitial de honor, en un evento de esta
envergadura. Una década después, Jesús Osorio lo emula.
Gentilmente acepta compartir con
nosotros las alternativas del mismo y otros aspectos.
Después
de 541 días de lucha, ha finalizado hoy el 1er Torneo Zonal Clase Maestro
Latinoamericano 2016. Evento organizado por la Confederación Americana de
Ajedrez Postal (CADAP) y amparado por la Federación Internacional de Ajedrez
por Correspondencia (ICCF).
Dicho
evento, que se ensayó por primera vez, contó con la participación de 11
jugadores de la zona de 5 nacionalidades (Panamá, Perú, Cuba, Brasil y
Venezuela) de la categoría 2000-2299.
Finalizadas
las 10 rondas fue el panameño, el CCE Jesús C. Osorio B., quien se ha quedado
con la primera posición en este torneo, acumulando un total de 4 victorias y 6
empates lo que me da la derecho de participar la siguiente categoría de Gran
Maestro Latinoamericano.
Jesús
C. Osorio B. nace en la ciudad de La Chorrera, en Panamá, el 27 de julio de
1984. Aprendió a jugar ajedrez, gracias a su padre, a los 5 años, único
deporte que podía practicar debido a su condición de “huesos de cristal”
(Osteogénesis Imperfecta). Actualmente está casado y es padre de dos
hijas.
Empezó
a militar activamente en el ajedrez por correspondencia en el año 2012
(relativamente tarde), por invitación del CCM Hermann Rösch, y ha participado
desde ese momento en el circuito nacional de la Liga Panameña de Ajedrez por
Correspondencia (LIPAC) así como también en competiciones internacionales
amistosas y oficiales como: las Preliminares del Campeonato Mundial de Ajedrez
por Correspondencia (en dos ocasiones), el Panamericano (por equipos e
individual) y la Olimpiada de Ajedrez por Correspondencia.
Entre
sus resultados más importantes tenemos:
Campeón
Nacional de Ajedrez por Correspondencia de Panamá 2015
Campeón
Nacional de Ajedrez por Correspondencia de Panamá 2016
Ganador
del 1er Torneo Zonal Clase Maestro Latinoamericano 2016
Sobre
este último torneo Jesús nos comenta:
“El
Torneo Zonal de Clase Maestro Latinoamericano me pareció un torneo difícil ya
que todos mis rivales tuvieron una muy buena preparación de aperturas y cada
una de las victorias que obtuve así como también mis compañeros fueron
obtenidas con mucho trabajo. Espero que el evento se siga repitiendo
porque es una gran oportunidad para los jugadores de la Zona para hacer sus
primeras normas, así como también para ganar experiencia para eventos de mayor
envergadura”
Planes
para el futuro:
“Actualmente
mis planes inmediatos están obtener mi tercer título nacional en la Final que
está por empezar del ciclo 2017, así como también jugar en el 2do tablero en la
siguiente Coppa Latina 2018, que si Dios lo permite Panamá tendrá el honor de
organizar. Pero lo que más me interesa de momento es jugar la Final del
Campeonato Panamericano 2013, a la cual tengo grandes chances de clasificar
como uno de los mejores segundos lugares”.
Comentarios
adicionales:
“Quiero
agradecerle a Don Juan Carlos Pérez Rodríguez y a CADAP por la bonita
oportunidad de este pequeño reportaje. La verdad es que nunca me esperé
que mi nombre apareciera en una página tan visitada, lo cual para mí es como un
premio al empeño que le pongo al ajedrez por correspondencia”.
CCE Jesús C. Osorio B. (2336) Foto por Lluvia C. Osorio
Después de 541 días de lucha, ha finalizado hoy el 1er Torneo
Zonal Clase Maestro Latinoamericano 2016.
Evento organizado por la Confederación Americana de Ajedrez Postal. He tenido la oportunidad de quedarme con la
primera posición en este torneo con un total de 4 victorias y 6 empates lo que
me da la oportunidad de disputar un evento en la siguiente categoría de Gran
Maestro Latinoamericano.
El día de ayer, después
de casi 633 días de lucha entre preliminares y gran final, terminó el Campeonato
Nacional de Ajedrez por Correspondencia versión 2016. Evento que contó con la participación de 35
jugadores (superando a los 22 jugadores del ciclo anterior) y en el que tuve la
oportunidad de defender el Campeonato Nacional que obtuve en el ciclo del 2015
por primera vez.
He tenido el
privilegio una vez más de obtener el primer puesto y con esto mi
segundo título nacional de ajedrez postal.
Felicito a todos mis compañeros, en especial a los integrantes del nuevo
equipo nacional que disputará, si Dios nos lo permite, la Coppa Latina 2018:
Osvaldo Morales, Demóstenes Vergara, Jorge Eldis González y de manera especial
a mi compañera Emilys González quien terminó con un muy destacado sexto lugar.
Hoy cumple años
mi linda, Lluvia Camileth Osorio-Barahona Manzzo. Les comparto, a la luz del prisma, mi
regalo...
Carta de Amor
para mi Hija: “Trece inviernos”
La primera vez que te vi fue un día como hoy; hace exactamente
trece inviernos.
Estaba nervioso, lo recuerdo bien.
Alguien me dijo: “cuando la veas quedarás prendado para
siempre y será, para ti, la persona más importante del mundo”. No le creí.
Que tonto fui…
Me llevaron a un edificio, a un pasillo blanco en donde
estaba rodeado de gente desconocida que me hablaban; me sentía más solo que
nunca, con miedo…
“Dentro de unos instantes”, me dijo otro extraño, “saldrá
por el pasillo”.
La expectativa era terrible. Sentía que la espera me rebasaba; su peso era
más fuerte que yo.
Una puerta doble me truncaba el paso y la claridad de una
ventanita alta, por la cual no podía mirar, era el único indicio de que al otro
lado estabas tú.
Y después de un silencio espeso, atroz, escuché tu grito
como diciendo: ¡Estoy aquí! ¡El mundo es
mío!
Casi caigo de bruces.
Los desconocidos me abrazaban y yo los apartaba sin querer. “Déjenme solo, ya casi está aquí”.
La puerta se abrió y un hombre vestido de verde te tenía
en sus brazos. Se agachó un poco solo
para mí y fue cuando te vi por primera vez.
Lloré como un niño. No lo olvidaré…
Entonces reconocí a quienes que me rodeaban: vi a mi
madre, a mi padre, a mi abuela, a mi abuelo, a mi hermano, a mis amigos,
estaban todos allí.
Unos días después te llevé conmigo a mi castillo en donde
pasaba noches enteras como embrujado por tu ternura mirándote dormir y en mis desvaríos
te prometí volverme inmortal para estar siempre contigo.
Guardaste silencio por muchas semanas. Silencios hermosos interrumpidos por pequeños
llantos nocturnos que corríamos a consolar.
Nos hicimos amigos y aprendimos a comunicarnos a tu
manera, con besos, abrazos y caricias. Cuanto
daba yo en aquel entonces por escuchar una palabra de tus labios.
Seis meses después, posiblemente el día más alegre de mi
vida, me dijiste, con la voz más dulce y mágica de todos los tiempos: “papá”; y
con esto conjuraste el invierno, los vientos y las lluvias para que nunca más
me dejasen solo.
Desde ese momento, hace trece inviernos, llueve todos los
días en mi castillo chocolate y miel.
No puedo negarlo, soy el padre más feliz del mundo.
Hace
algunos meses compartí en este mismo blog, una malísima experiencia que tuve en
el Hospital Nicolás A. Solano de la Ciudad de La Chorrera. Gracias a mis lectores, quienes compartieron
mi postel
mensaje llegó a más de catorce mil personas y a algunos miles más pude llegar a
través de invitaciones que recibí de algunos medios de comunicación como el programa Punto de Encuentro.
En términos
generales no lo hice para causar problemas; quienes me conocen saben que muy
poco utilizo los parqueos para personas con discapacidad o hago valer mi
derecho de pasar primero en las filas.
Sin
embargo, posterior al nacimiento de mi hija Luna, me siento comprometido e identificado
con luchar por las personas con necesidades especiales, no por mí, sino por los
miles de niños que necesitan de todos estos derechos para tener una mejor
calidad de vida.
El día de ayer (1 de agosto de 2017) fui con mi esposa a Westland Mall a hacer algunas compras. Entramos por el segundo piso en la parte de
atrás porque es donde están los estacionamientos más cómodos. Fuimos a Conway y después de comprar algo, también
en el segundo piso, nos dirigimos a Farmacias Arrochas a comprar algunas cosas
más.
Eran
las 7:38 p.m. cuando llegamos a la puerta del segundo piso (el horario es hasta
las 8:30 p.m.), la cual encontré, como siempre, cerrada. He aquí un pantallazo probando que el video fue tomado
exactamente a esa hora.
Les dejo el video del recorrido que tuve que
realizar para poder acceder a este local.
Creo
que las personas con discapacidad merecemos que se respeten nuestros
derechos. Tener que hacer todos estos largos
recorridos (como el que tuve que hacer en el Hospital Nicolás A. Solano) para
entrar o salir de un sitio es una violación de los mismos. Las estructuras y accesos existen para
utilizarlos y la ley nos ampara. Hacer
una rampa, tener un elevador o una vía de acceso y obstruirla es como si la
misma no existiera.
Hay
una discriminación silenciosa contra las personas con necesidades especiales
cuando no hay rampas, cuando los ascensores y accesos están cerrados o cuando alguien
utiliza nuestros parqueos sin necesitarlos.
Es tiempo de que lo reconozcamos y que así como otras minorías tienen
tanto apoyo en sus causas la comunidad también se una a la nuestra.
Estoy
seguro que en otros países algo como esto pudiera acarrear una demanda pero en
nuestro bello Panamá, no, lo único que nos queda es documentar y compartir en las redes sociales para
que se hagan los correctivos porque situaciones como esta suceden todos los días.
Finalmente
quiero felicitar y reconocer a Conway y a todos los almacenes que mantienen sus
accesos abiertos para que los utilicemos; merecen un premio.Y,
por supuesto, agradecerle a mi hermano, Omar Munóz por llevarme en todo este
engorroso proceso.
Una
espina dorsal humana normal tiene treinta y tres huesos si se cuentan los que
forman el coxis.
Treinta
y tres es, de acuerdo a la escala de Newton, la temperatura en la cual el agua
hierve.
Es
la edad en la que murió el Señor.
Treinta
y tres no es solo la representación numérica de “la estrella de David”, sino también
el equivalente numérico de la palabra “Amén”.
Es
el grado más alto de la Masonería.
La
palabra “Elohim” aparece treinta y tres veces durante la Creación en el primer
capítulo del Génesis.
Treinta
y tres es la suma de los primeros cuatro factoriales positivos.
Pudiera
seguir por un buen rato. La lista es
larga. El treinta y tres tiene,
dependiendo como se le mire, una gran cantidad de significados.
Pero, ¿qué significa para mí?
Significa
un nuevo comienzo. Sobrepasar la edad del maestro es un hecho que me reduce a la humildad.
Quisiera
que estos treinta y un años que me quedan (sé que moriré a los 64), me
hagan un mejor hombre.
Dejar
estos treinta y tres años de aciertos y desatinos atrás y empezar una nueva
partida.
Estos
años en donde tal vez equivoqué, donde tal vez hice algo inapropiado, donde tal
vez bebí demás en más de una ocasión o donde dije cosas que tal vez no debí
decir. Qué sé yo… ser la mejor versión de mí que pueda.
A
quienes ofendí: les pido perdón, yo perdonaré a quienes me ofendieron.
A
quienes defraudé: les pido una oportunidad, yo se la daré a quienes me la
pidan.
Cada
día es una oportunidad para mejorar, dicen; probémoslo.
En
días pasados, por razones familiares, mi esposa tuvo que viajar por algunos
días.
Aproveché
esta oportunidad para deslizarle en su equipaje una cartita de amor como las
que le enviaba cuando éramos unos niños.
Me
ha dado permiso para compartirla con ustedes, a la luz del prisma…
"CARTA DE AMOR PARA CUANDO ESTÉS LEJOS No
recuerdo exactamente cuándo fue la última vez que te escribí una carta. Hace tantos años ya de eso…
Fue
tal vez en aquellos tiempos cuando todavía éramos jóvenes y nos queríamos
inocentemente, sin límites, de la tierra a la luna y volver; así decíamos, ¿lo
recuerdas? Yo sí, lo recuerdo con
claridad. Y también recuerdo el sabor de
nuestro primer beso en el aquella hora libre de quien sabe qué materia. Ojalá pudiera volver por un minuto a ese
salón vacío en el que solo estábamos tú y yo para sentir una vez más el beso
más dulce y lindo de nuestra historia.
En
ese tiempo en donde no encontraba mejor manera de decirte que te amaba, con la
misma intensidad que lo hago hoy, que con aquellos papelitos de mis cuadernos
rotos que guardas todavía en la cajita rosada que te regalé para tu cumpleaños
junto con las tarjetitas de amor repetidas que di.
Y
hoy, ahora que te me has ido lejos tan solo por unos días, recurro nuevamente
al papel para decirte que te quiero, que te amo, que te adoro, que te necesito
y que recorrería mil veces más este camino difícil que es el mío tan solo por
estar contigo, porque tú me haces feliz y es solo en tu presencia que me elevo
alto, tan alto, que ningún sufrimiento puede tocarme, y que estas dos noches
que estaremos lejos me resultarán dos mundos apartes los cuales atravesaré velozmente
con las ansias de verte de nuevo para sentirme como me sentía en esas noches de
feria, cuando paseaba contigo agarrando tu mano, con ganas de gritar, orgulloso
de tener la novia más hermosa del mundo.
Debería
escribirte más seguido, espero que me perdones no hacerlo, pero tal vez no lo
hago porque tengo la suerte de soñar a tu lado todas las noches y mirarte todos
los días, los que a veces me parecen muy cortos para hacerlo. Qué se yo…
Solo
serán tres días, lo sé, para que pueda volver a abrazarte otra vez con estos
brazos frágiles que tengo, hasta romperlos de amor, porque solo contigo el
dolor no es dolor, ni el tiempo es el tiempo.
En el fondo lo único que quiero decirte es que te extraño
y que te amo.
Anoche vi a mi
padre, mientras conversábamos, armar estas rimas para una presentación Municipal
el día de hoy con motivo del Día de la Tierra.
Acto en donde cientos de niños de la Ciudad de La Chorrera salieron a
sembrar árboles en todos los parques de nuestra comunidad. Me pareció propicio compartirla con ustedes a
la luz del prisma…
Acto Municipal del Día de la Tierra 2017 - La Chorrera
El pasado jueves 12 de enero tuve el agrado de
recibir una invitación de mi amigo, el Lic. Raúl Ossa, para participar en su
programa Punto de Encuentro en Stereo Oeste 98.5 de 7:00 a.m. a 8:00 a.m.
Ese día compartimos cabina con el conocido
periodista y escritor Carlos Acevedo y tuvimos la oportunidad de abordar el
tema de la accesibilidad e inclusión de personas con necesidades especiales en
la Ciudad de La Chorrera.
Recibimos durante el programa decenas de
llamadas para opinar sobre esa situación que por fortuna ha hecho moverse a la
comunidad de nuestro distrito.
Mi hermano se tomó el trabajo de grabar casi
toda nuestra intervención en video para compartirla con ustedes el día de hoy.
Al final, salimos del edificio de la misma
forma que entramos, bajando 47 escalones desde el piso número 4 del edificio.
La lucha por la igualdad y los derechos de las
personas con necesidades especiales no es para nada fácil, sin embargo todas
las grandes tareas inician con pequeños esfuerzos. 47 peldaños no son nada; por esta causa subiría
más alto para que nuestro mensaje llegue más lejos.
Les agradezco a mi padre y mi hermano quienes
me acompañaron a la entrevista y de manera especial al Lic. Raúl Ossa por la invitación
y su compromiso con nuestra causa.
El día de ayer nació el primogénito de uno de
mis mejores amigos en el Hospital Nicolás A. Solano de La Chorrera. Tuve la dicha de ser su padrino de bodas por
lo cual quise ir entre los primeros a conocer al recién nacido.
Llegué al Hospital a eso de las 6:00 p.m. en
compañía de mi padre, mi esposa e hija, estacionamos en el parqueo de personas
con discapacidad y subí, empujado por mi papá, la rampa para dirigirme a la
puerta que conduce a los ascensores.
Cuando llegué a la misma me percaté de que estaba cerrada con cadenas
obstaculizando el acceso al área de los elevadores.
Posterior a eso pensé en dirigirme hacia la
otra puerta para acceder al área. Me daba un poco de temor debido a que para
llegar a la misma tenía que bajar una escalera de 6 escalones y luego subir otra
de 6 más. Aquellos que me conocen saben
que soy un paciente de Osteogenesis Imperfecta (Huesos de Cristal) y caerme es
siempre un riesgo serio. De igual forma,
bajo la lluvia con las escaleras mojadas y en compañía de mi papá, lo hicimos.
Para mi sorpresa, al llegar a la otra puerta
de la Sala principal de espera, también estaba cerrada desde adentro,
lo cual me pareció no solo ilógico sino discriminatorio debido a que el único acceso
hacia las salas de los pacientes es a través de una escalera de varios niveles
la cual es prácticamente imposible de subir en silla de ruedas sin ayuda de
varias personas, sin contar los peligros para mí de caer en la misma. Aquí le dije a mi señora que fuera a conocer
al bebé porque yo realmente no tenía muchas esperanzas de llegar a tiempo. Mi padre muy frustrado ya, fue en busca de
algún personal de seguridad para conseguir que abrieran la puerta del lugar.
Tuve que quedarme solo en el sitio por más o menos
30 minutos en compañía de un perrito callejero, mientras mi padre ubicaba al Jefe de Seguridad del Hospital, el Sr.
Ismael, quien en principio se negó a abrir la misma por razones de seguridad sugiriendo
que entráramos por la parte de atrás del Hospital, específicamente por el área de
urgencias, lo cual no solo es incoherente sino inaudito, teniendo en cuenta que
para hacerlo hubiera tenido que volver a transitar las mismas escaleras, que mi
padre me subiera al automóvil, conducir a la rampa de emergencias (en donde es
prohibido estacionar para bajar debido a que es un área solo para ambulancias),
bajarme allí, esperar a que mi padre parqueara el auto en la
parte de atrás del hospital y después ir a la sala de visitas. En fin, totalmente incoherente.
Al regresar mi padre, tuvimos que esperar
otros 10 minutos más para que el Sr. Ismael llegara para atendernos desde el
otro lado de la puerta, sin abrirla, hasta que le sustentáramos hacia donde nos dirigíamos y el por qué íbamos
a visitar a la paciente, aparte de otras tantas preguntas innecesarias de índole
personal. Finalmente accedió permitirnos
el paso como si nos estuviera haciendo un favor para ver él bebé de mi amigo “por
uno o dos minutos” en sus propias palabras, que a esas alturas era el tiempo
que quedaba de visita.
Al final pude subir a conocer al recién nacido
y después de un minuto bajé. Sin embargo
lo más sorprendente del asunto no es esto, sino que al bajar me encontré la
puerta nuevamente cerrada con llave y sin señales del Sr. Ismael o de algún
otro personal de seguridad que me pudiera abrir la puerta para salir a la rampa
que me llevaba al automóvil. La única solución
era salir por la sala de Urgencias.
A estas alturas yo estaba realmente molesto
por esta serie de obstáculos que realmente dejan mucho que decir de la administración
de este recinto Hospitalario tan importante para personas como yo, por lo cual
decidí filmar mi salida del hospital sabiendo la ruta que me esperaba. A continuación el video.
Demás está decir lo frustrante que fue esta
experiencia para mí y puedo sin lugar a dudas decir que la única razón por la
cual pude hacer el recorrido de manera exitosa fue por mi incansable padre, con el que
gracias a Dios puedo contar y quien me empujaría hasta la cúspide del mismo Monte Everest si se
lo pidiera. Sin embargo, creo que
tenemos que mejorar mucho en el tema de la inclusión a las personas con
necesidades especiales, lo cual es una política de gobierno, debido a que existen
discapacitados que no cuentan con ayuda, los cuales sencillamente no podrían
acceder al Hospital a una visita.
Tengo que decir que el Sr. Ismael no me dijo
ninguna grosería, pero creo que la posición que ocupa excede su capacidad intelectual
por mucho. Un jefe de seguridad tiene
que velar por la misma y hacer que se cumpla.
El hecho de que yo tuviera que subir y bajar escaleras en una silla de
ruedas, arriesgando caerme, aparte de transitar por la parte de afuera del
Hospital a oscuras (por la calle) arriesgándome a un robo, es sencillamente una falta de seguridad.
Todos los ciudadanos tenemos derecho al libre tránsito
y más aún en una institución pública como el Nicolás A. Solano. Mientras estuve esperando a mi padre pude ver
a señoras en muletas bajando la larguísima escalera, adoloridas, sin ningún tipo
de ayuda. Esto es inaceptable y espero
que este post llegue a la persona adecuada para que se hagan los correctivos y ninguna
otra persona en silla de ruedas tenga que pasar por lo mismo.
Sinceramente,
Jesús Camilo Osorio Barahona
La Chorrera, 4 de enero de 2017, 2:44 am