martes, 6 de mayo de 2014

6 de mayo, Día Mundial de la O.I. – Mi Princesa de Cristal

            Hoy hace exactamente un año que realicé el lanzamiento de mi primera novela infantil, “La Princesa de Cristal”.  Pero es también hoy una fecha muy importante al ser el Día Mundial de la Osteogénesis Imperfecta, así que no quise dejar pasar la oportunidad sin escribir un poco sobre la O.I. en nuestro país.


            Sintetizar mi vida en una entrada de este blog me sería imposible.  He vivido en estos casi treinta años tantas experiencias que francamente necesitaría muchas páginas para relatar los episodios más importantes de mi historia y otras tantas más para hacerle justicia a los personajes que han estado conmigo en este camino.

            Seré franco, hablar de la Osteogénesis Imperfecta nunca ha sido sencillo para mí.  Quienes me conocen bien, saben que solo en raras ocasiones toco el tema y es por una razón sencilla: yo no me siento como una persona discapacitada a pesar de que lo soy, y nunca me he visto a mí mismo como un hombre en silla de ruedas salvo en los momentos en que estoy frente a un espejo.

Creo que esa manera de pensar me ayudó a sobrepasar muchos obstáculos y a tener una actitud agresiva frente a los problemas que me planteaba la vida.  Pero también, fue esa misma actitud la que me aisló durante mucho tiempo de las luchas de los discapacitados panameños por alcanzar un status cercano a la igualdad en nuestro país.

            Mi vida como “ostegénico” (así nos llamamos entre nosotros) fue difícil y estuvo marcada por una era parecida al oscurantismo en nuestro país.  En mi infancia los médicos panameños no sabían mucho acerca de mi condición, no había facilidades de ningún tipo, ni instituciones que velaran por personas como yo.  Por poner un solo ejemplo: las rampas de mi escuela primaria las hicieron mis padres con su propio dinero.  Son las mismas rampas que orgullosamente funcionan hoy en día en el mismo plantel.

            Nada de esto me detuvo y gracias a Dios tuve una familia que me apoyó en todo y el grupo de amigos más especial que un ser humano pueda llegar a tener; pude completar casi todo lo que me propuse: fui campeón de ajedrez, corrí un Maratón completo (42 Km), tuve una banda de rock, escribí una novela (que por cierto nunca me animé a publicar), tuve un trabajo, conocí el amor de la mujer más maravillosa que conozco y por encima de todo tuve a mi hija Lluvia, que llenó mi vida de amor y alegría.  Me sentía lleno y completo.

            No fue sino hasta el 5 de agosto del 2012 en donde mi vida dio un giro que no me esperaba.  Tuve otra hija, pero esta, a diferencia de la primera, era la heredera de mis dolores.  La llamé Luna.

Primera foto de Luna Camilea

            Puedo decir con seguridad que el nacimiento de mi hija Luna es el momento más difícil de toda mi vida.  La razón de esto, es que de alguna manera pensé que ella tendría que recorrer el mismo camino tortuoso que yo había recorrido.  Estaba totalmente equivocado…

            Una tarde (algunos días después del nacimiento de Luna) conocí a Dayana Castillo y mi vida volvió a dar un giro inesperado.  Me di cuenta de que a pesar de que las personas con O.I. éramos una pequeña minoría teníamos a alguien que velaba por nosotros.  Había una institución completa, con un equipo de trabajo entrenado en la O.I., con doctores y ortopedas especializados en nuestra condición.  Me enteré de que así como Dayana, habían otras personas como el doctor Renán Arauz, un verdadero filántropo, quien dedicaba su tiempo gratuitamente para ayudar a los niños con O.I. y que gracias a ellos habían traído los últimos tratamientos y adelantos a Panamá; aquella edad del oscurantismo había terminado. 

Dayana Castillo y yo.  Fotografía de Juny MG

Sin embargo, lo que más me asombró de aquella tarde inolvidable, fue ver a casi todos los niños de la Fundación Niños de Cristal de Panamá caminando normalmente.  Aquello que de niño añoré sin poderlo lograr.

Gracias a todas estas cosas mi hija no tuvo que pasar las dificultades que yo pasé de niño y ha tenido una infancia feliz.

Yo quise contribuir.  Ahora quería unirme a ese grupo de personas que luchaban por la discapacidad, así que lo hice de la mejor manera que podía: escribiendo.  Quería ayudar a divulgar el mensaje de que estábamos aquí y que habíamos llegado para quedarnos, que queremos nuestro sitio en la sociedad, que queremos respeto y comprensión.

Fue allí donde nació la idea de “La Princesa de Cristal”, una novela infantil dedicada a mi hija Luna y a todos los niños con O.I. a nivel mundial.

Portada de La Princesa de Cristal por Lei Sa.

Escribí desde noviembre de 2012 hasta el 17 de febrero de 2013, y el 6 de mayo de ese mismo año, gracias al apoyo de la Lic. Lastenia Gonzalez del INAC, al Lic. Ramón Alemán del SENADIS, y por supuesto a Dayana Castillo de FUNICRISPA pude realizar el lanzamiento de mi novela con un auditorio lleno en el Museo Reina Torres de Arauz.

Lic. Lastenia González, Lic. Vielka Vargas y yo.

Pero este no ha sido el final del proyecto, aun Dayana, Lastenia, Ramón y yo seguimos soñando con que nuestro mensaje llegue más lejos.  Queremos hacer una obra de teatro de La Princesa de Cristal y hoy gracias a Dios muchas más personas se nos han unido a este sueño como el reconocido teatrista Abdiel Tapia y el compositor David Camarena.

Abdiel Tapia y David Camarena

Me siento agradecido de pertenecer a este grupo de soñadores, que no solamente soñamos, sino que trabajamos para convertir nuestros sueños en una realidad y esa es la lección más importante que he aprendido de Dayana, quien es una soñadora, pero más aún una realizadora de sueños.

Dayana Castillo, Ramón Alemán, mi hija Lluvia y yo

He tenido en mi vida más de cien (100) fracturas en todo mi cuerpo, pero si tuviera la oportunidad de cambiar mi vida, no lo haría, y estaría dispuesto a atravesar el mismo camino para llegar a soñar de la manera en que lo hago hoy.  Gracias a todo esto hoy puedo soñar, y persigo la carrera de escritor como un soñador.  Hoy sueño en ver a mi hija caminando, sueño verla crecer y realizarse como persona.

Luna Camilea, “Mi princesa de Cristal”

La Princesa de Cristal ya no es solamente un sueño mío, sino un sueño de todos… un sueño que nació el 5 de agosto del 2012.

Mi familia.

¡HAPPY WISHBONE DAY 2014!
           
Enlaces de Interés:


Fundación Niños de Cristal de Panamá – Facebook - https://www.facebook.com/fundacioncristalpanama

La Princesa de Cristal – Página Oficial - http://laprincesadecristal.webs.com/


La Princesa de Cristal – Facebook - https://www.facebook.com/laprincesadecristalnovela

2 comentarios:

  1. Es una maravilla la forma en que balanceamos con el Universo. Mentes que mueven al mundo!

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  2. Hola J.C.
    Me llamo José Luis González y trabaje un par de años atrás con tu papá, el Ing. Enrique Osorio, por quien tengo el mayor de los respetos.
    Te cuento que un día, y de casualidad leí una nota sobre los Niños de Cristal; leí sobre una señora que vive en un poblado de Chepo y que cada vez que su niño se fracturaba tenía que esperar hasta el día siguiente para llevarlo al Hospital del Niño a atenderlo; la señora comentaba que su pobre niño lloraba toda la noche.
    Un par de días después de leer esa nota, me toco ir a una actividad de trabajo con tu papá; creo era la primera vez que viajábamos juntos en asuntos de trabajo. Como todo, se converso de trabajo, y de temas personales; entre esos temas le comente de el artículo que había leído y para mi sorpresa el Ing. Osorio me dijo que el era padre de un chico que nació con O.I.
    El Ing. Osorio me conto todas las penurias que pasaron, desde tu nacimiento, hasta después de tu adolescencia; me conto que el aprendió a "en cierta medida" ubicar en su lugar los huesos cuando te fracturabas y a enyesar.
    Me conto de cuando te tocaba ir a la escuela, el temor que tenían tus padres, de la primera caída en la escuela, de los buenos amigos que hiciste en ella y en el colegio y que aún cuentas con esa amistad.
    Con todo lo que me conto tu padre (que me dejo con un nudo en la garganta), todo lo que hizo él y tu mamá, creció mi admiración y aprecio por él; también aprendí que no importa las condiciones adversas, lo que importa es tener fuerza de voluntad y salir adelante, cosa que tu has hecho día con día.
    Mi estimado J.C. mi aprecio y admiración para ti y para tus padres. Sigue adelante y me alegra que tu hija Luna pueda tener un tratamiento que la ayude a salir adelante; Sin ánimos de comparar, yo soy padre y comprendo tu preocupación como padre respecto a que pase lo mismo que tu.
    Gracias a Dios y a los Ángeles de la FUNICRISPA.

    Saludos amigo

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